El carcinoma basocelular (CBC) es un tumor maligno de la piel que se origina en las células basales de la epidermis. Se caracteriza principalmente por su crecimiento invasivo local y su potencial extremadamente bajo de metastatización a órganos distantes. A pesar de ser maligno, el CBC se considera la forma menos agresiva de cáncer de piel debido a su rara asociación con la diseminación sistémica. Sin embargo, si no se trata, el tumor puede causar una destrucción significativa del tejido local, desfiguración y deterioro funcional. El pronóstico del CBC es generalmente favorable, especialmente cuando se diagnostica a tiempo y se trata adecuadamente. El CBC suele afectar a personas mayores de 35-40 años y se presenta con una frecuencia aproximadamente igual en hombres y mujeres.
Aunque no existe una causa única y definitiva para el desarrollo del carcinoma basocelular, se han identificado varios factores predisponentes que aumentan significativamente la probabilidad de su aparición. Estos factores de riesgo suelen actuar de forma acumulativa a lo largo del tiempo y son más relevantes en personas con exposición ambiental o laboral prolongada:
El diagnóstico del carcinoma basocelular comienza con un examen clínico completo. El dermatólogo evalúa la morfología de la lesión, las características de la superficie y su comportamiento a lo largo del tiempo. A continuación, se utiliza la dermatoscopia para mejorar la visualización de las características subsuperficiales, como los patrones vasculares, la pigmentación y las asimetrías estructurales. Si los hallazgos clínicos y dermatoscópicos sugieren malignidad, se realiza una biopsia de piel para confirmar el diagnóstico. Esto implica tomar una muestra de tejido de la lesión y examinarla histológicamente para detectar características específicas del CBC, como la proliferación de células basaloides con empalizada periférica y retracción estromal.
El carcinoma basocelular se presenta típicamente como una lesión elevada que crece lentamente o una placa que puede aparecer de color rosa, carne o rojo. Su superficie puede mostrar signos de nodularidad, crecimientos verrugosos, erosión, ulceración o costras. Puede producirse sangrado incluso con traumatismos leves o de forma espontánea debido a la fragilidad de la vasculatura neoplásica. Los bordes de la lesión suelen estar mal definidos y ser infiltrativos, lo que refleja su tendencia a crecer profundamente en la dermis y los tejidos subcutáneos.
En su forma clásica, el CBC puede parecerse a una pequeña úlcera en forma de cráter con bordes enrollados y perlados y una zona central deprimida.
También puede presentarse como un nódulo protuberante fijado a la piel, a veces sobre una base amplia. El color puede variar según la etapa de la lesión: las formas tempranas son de color rosa a rojo, mientras que las áreas más antiguas o necróticas pueden aparecer blancas, amarillentas o grises. La lesión suele carecer de crecimiento piloso debido a la destrucción folicular.
Crece lentamente durante meses o años, pero si no se trata, puede expandirse significativamente e infiltrarse en las regiones anatómicas circundantes. La lesión suele ser indolora; sin embargo, si invade tejidos más profundos, como nervios o músculos, pueden aparecer dolor o síntomas neurológicos. Las localizaciones más frecuentes son las zonas expuestas al sol, como la cara (especialmente la nariz, la frente y las mejillas), las orejas, el cuero cabelludo, el cuello, la parte superior del tórax, los hombros y los antebrazos.
La dermatoscopia es una herramienta valiosa para la evaluación del carcinoma basocelular. Las características típicas que se observan mediante dermatoscopia incluyen:
El diagnóstico diferencial del CBC incluye una serie de afecciones cutáneas benignas y malignas que pueden imitar sus características clínicas. Entre ellas se incluyen:
Aunque el CBC se clasifica como un tumor maligno, su pronóstico es generalmente favorable debido a su tasa de metástasis extremadamente baja. La principal preocupación es la destrucción del tejido local y la recurrencia después del tratamiento. El riesgo de recurrencia está influenciado por el tamaño, la profundidad de la invasión y la adecuación del tratamiento inicial. Los tumores grandes o aquellos que no se extirparon completamente tienen una mayor probabilidad de recurrencia.
Además de la recurrencia local, los pacientes con CBC tienen un mayor riesgo de desarrollar cánceres de piel posteriores en otras localizaciones. Por lo tanto, se recomienda una vigilancia cutánea exhaustiva. El seguimiento clínico, la documentación fotográfica y el mapeo cutáneo total del cuerpo son esenciales para la monitorización y la detección precoz de lesiones nuevas o cambiantes.
Estudios recientes han demostrado un aumento de la incidencia del CBC a nivel mundial, con un incremento aproximado del 10 % en cinco años.
Esto pone de relieve la importancia de la concienciación, la detección precoz y las estrategias preventivas.
El pilar fundamental del tratamiento del CBC es la extirpación quirúrgica completa con márgenes limpios, lo que garantiza la eliminación de todo el tumor y reduce el riesgo de recurrencia. Se considera el tratamiento de referencia para la mayoría de los tipos de CBC.
Otras opciones de tratamiento incluyen:
Por lo general, no se recomiendan los procedimientos destructivos, como la crioterapia o la eliminación con láser, para el CBC debido a la falta de confirmación histológica y al mayor riesgo de eliminación incompleta.
Las estrategias preventivas se centran en minimizar el daño cutáneo inducido por los rayos UV e identificar los signos tempranos del cáncer de piel. Una prevención eficaz incluye:
La consulta oportuna con un dermatólogo u oncólogo en caso de cambios cutáneos sospechosos es fundamental para prevenir complicaciones y garantizar un tratamiento eficaz.