Micosis cutáneas (CIE-10: B35) 🚨

Micosis cutáneas: dermatofitosis, candidiasis y pitiriasis versicolor

Resumen

Las micosis cutáneas son un grupo de infecciones fúngicas comunes que afectan a la epidermis, los folículos pilosos, las uñas y las superficies mucosas. Están causadas principalmente por dermatofitos (hongos filamentosos de los géneros Trichophyton, Microsporum y Epidermophyton), levaduras del género Candida y hongos lipofílicos como Malassezia. Estos patógenos están muy extendidos en el medio ambiente y son altamente contagiosos, ya que se transmiten por contacto directo con personas infectadas, animales o superficies contaminadas.

Los dermatofitos se clasifican además según su reservorio preferido:

  • Geófilos: residen en el suelo; se transmiten a través de la exposición ambiental.
  • Zoofílicos: se encuentran en animales; se transmiten por contacto directo o indirecto con el pelo o la piel infectados;
  • Antropofílicos: hongos específicos de los seres humanos; se propagan fácilmente por contacto piel con piel o por objetos compartidos (peines, toallas, ropa).

Dermatofitosis comunes

Tinea corporis (tiña corporal)

La tinea corporis se refiere a infecciones fúngicas superficiales de la piel lisa (excluyendo el cuero cabelludo, las uñas, las palmas de las manos y las plantas de los pies). Puede aparecer en cualquier parte del tronco o las extremidades y es especialmente frecuente en climas tropicales.

Entre los agentes patógenos se incluyen:

  • Microsporum canis (zoofílico): A menudo transmitido por mascotas o animales callejeros.
  • Trichophyton rubrum (antropofílico): Causa frecuente de infecciones crónicas y extendidas en adultos.

Características clínicas: Manchas eritematosas en forma de anillo con bordes activos, escamosos y vesiculados y una zona central que puede ser clara o ligeramente escamosa. Las lesiones pueden agrandarse con el tiempo y fusionarse en placas más grandes. El picor es común, pero puede variar en intensidad.

Tinea pedis y tinea manuum (pie de atleta y micosis de las manos)

La tinea pedis es la infección fúngica cutánea más común en todo el mundo. Afecta a las plantas de los pies, los dedos y las zonas interdigitales. La tinea manuum afecta a las palmas de las manos y suele asociarse con una afectación unilateral o con hongos en las uñas o los pies.

Patógenos: Principalmente Trichophyton rubrum; otras causas incluyen Trichophyton mentagrophytes y Epidermophyton floccosum.

Variantes clínicas:

  • Tipo latente: descamación fina en los espacios interdigitales de los dedos de los pies o en las palmas, a menudo asintomática;
  • Tipo hiperqueratósico crónico: piel seca y engrosada en las plantas de los pies (patrón «mocasín»), a menudo con fisuras y prurito;
  • Tipo interdigital («pie de atleta»): Maceración, descamación, enrojecimiento y fisuras dolorosas entre los dedos de los pies;
  • Tipo vesiculobuloso: Vesículas tensas o ampollas, a menudo en la superficie plantar, a veces con infección bacteriana secundaria;
  • Tipo ulceroso agudo: Erosiones graves y úlceras con supuración, linfangitis y síntomas sistémicos; típicamente secundario a una coinfección bacteriana.

Tinea cruris (tiña inguinal)

La tinea cruris es una infección fúngica de la zona inguinal, que afecta comúnmente a la parte interna de los muslos, el perineo, las nalgas y la región púbica. Es más frecuente en hombres adultos.

Patógenos: El más común es Epidermophyton floccosum, seguido de Trichophyton rubrum.

Presentación clínica: placas eritematosas bien delimitadas con bordes elevados y escamosos. Las lesiones pueden contener vesículas, pústulas o costras. Es frecuente el prurito, y la maceración o la infección secundaria pueden aumentar las molestias.

Candidiasis cutánea

La candidiasis cutánea está causada por especies de Candida, principalmente Candida albicans. A diferencia de los dermatofitos, la Candida forma seudohifas y prospera en ambientes cálidos y húmedos. Afecta comúnmente a los pliegues de la piel, especialmente en personas inmunodeprimidas, lactantes y personas con obesidad o diabetes.

Localizaciones frecuentes:

  • Pliegues inguinales y perineales;
  • Axilas;
  • Área submamaria (debajo de los senos);
  • Surco interglúteo y área del pañal en los bebés;
  • Espacios interdigitales (manos y pies).

Signos clínicos: Manchas eritematosas, húmedas y maceradas con pústulas satélites o vesículas en la periferia. Las lesiones pueden arder o picar. En pacientes encamados, puede aparecer intertrigo por cándida en la espalda o debajo de los pliegues de la piel.

Candidiasis diseminada

La candidiasis diseminada, también conocida como candidiasis invasiva o candidemia, es una infección fúngica sistémica grave que se produce como resultado de la diseminación hematógena de especies de Candida. Suele aparecer en personas con inmunodeficiencia grave, como pacientes en unidades de cuidados intensivos, pacientes en quimioterapia, receptores de trasplantes y neonatos.

Las características clínicas pueden incluir:

  • Fiebre persistente o inexplicable y signos sistémicos de infección;
  • Afectación multiorgánica (riñones, hígado, cerebro, bazo);
  • Manifestaciones cutáneas como pápulas eritematosas con centros necróticos o hemorrágicos en el tronco o las extremidades.

La candidiasis diseminada requiere tratamiento antifúngico urgente y, a menudo, hospitalización. Las lesiones cutáneas pueden ayudar al diagnóstico precoz en los casos sistémicos.

Diagnóstico de infecciones fúngicas superficiales

El diagnóstico de la dermatofitosis y la candidiasis se basa en una combinación de hallazgos clínicos y confirmación micológica:

  • Examen clínico: Evaluación de la morfología, la localización, la descamación y los síntomas de la lesión.
  • Microscopía con KOH: raspado de la piel examinado con hidróxido de potasio al 10 % para detectar hifas o seudohifas;
  • Cultivo: muestras cultivadas en agar Sabouraud con dextrosa para identificar las especies fúngicas (crece en 2-7 días);
  • Lámpara de Wood: útil para diagnosticar infecciones por Microsporum (fluorescencia verde) y tiña versicolor (brillo amarillo anaranjado);
  • Diagnóstico por PCR: detección molecular avanzada del ADN fúngico, utilizada en casos complejos o recurrentes.

Tratamiento de las infecciones fúngicas cutáneas

La estrategia de tratamiento depende del tipo de infección, la gravedad, la extensión y el estado inmunitario del paciente. Puede incluir terapia tópica para la enfermedad localizada y agentes antifúngicos sistémicos en casos extensos o crónicos.

Terapia tópica:

Para infecciones superficiales leves a moderadas:

  • Imidazoles: Clotrimazol, ketoconazol, miconazol;
  • Alilaminas: Terbinafina, naftifina;
  • Agentes polienos: Nistatina para la candidiasis;
  • Preparados combinados: Pueden incluir antifúngicos + antiinflamatorios (p. ej., corticosteroides) para las lesiones inflamadas.

La aplicación suele ser 1-2 veces al día durante 2-4 semanas, dependiendo de la resolución de la lesión.

Antifúngicos sistémicos:

Indicados para infecciones extendidas, afectación de las uñas, estados de inmunodeficiencia o casos recurrentes.

  • Terbinafina: 250 mg al día durante 2-6 semanas (piel) o 6-12 semanas (uñas);
  • Itraconazol: 100-200 mg al día o en pulsos (1 semana/mes);
  • Fluconazol: 50-150 mg al día, especialmente para la candidiasis y la pitiriasis versicolor;
  • Ketoconazol: 200 mg al día (poco utilizado debido a su hepatotoxicidad).

Resumen de la pitiriasis versicolor

La tiña versicolor, causada por Malassezia furfur, es una infección superficial por levaduras del estrato córneo. Se presenta como manchas escamosas hipopigmentadas o hiperpigmentadas, principalmente en la parte superior del tronco y los brazos. Es más frecuente en ambientes cálidos y húmedos y en personas con piel grasa.

Diagnóstico:

  • Lámpara de Wood: fluorescencia amarilla a naranja;
  • Preparación con KOH: aspecto de «espaguetis con albóndigas» (hifas y esporas);
  • Cultivo: Colonias cremosas, similares a mucosidad, en medios enriquecidos con lípidos.

Tratamiento:

  • Casos leves: Ketoconazol tópico, clotrimazol, terbinafina durante 2-4 semanas.
  • Casos graves o recurrentes: Terapia sistémica con itraconazol (100 mg dos veces al día) o fluconazol (50-100 mg al día) durante 2-4 semanas.

Prevención y conclusión

Las medidas preventivas incluyen:

  • Buena higiene: Limpieza diaria, secado de los pliegues de la piel, cambio frecuente de calcetines y ropa interior.
  • Evitar compartir objetos: No compartir toallas, maquinillas de afeitar, calzado ni utensilios para las uñas.
  • Controlar las afecciones subyacentes: Controlar la glucosa en sangre en caso de diabetes, mejorar la nutrición y tratar la obesidad o los trastornos hormonales.
  • Protección de la piel: Evitar traumatismos cutáneos, ropa oclusiva y calor o humedad excesivos.
  • Descontaminación ambiental: Desinfectar el calzado, la ropa de cama y las superficies que se tocan con frecuencia en las zonas comunes.
  • Tratamiento profiláctico: En casos recurrentes de tiña versicolor o candidiasis, se pueden utilizar tratamientos cortos con antifúngicos de forma preventiva durante los meses de verano o en situaciones de alto riesgo.

Las micosis cutáneas son, por lo general, afecciones tratables y prevenibles. Sin embargo, las formas crónicas o extendidas pueden indicar problemas sistémicos subyacentes que requieren evaluación médica. La intervención temprana, el diagnóstico preciso y el cumplimiento de los protocolos de tratamiento garantizan altas tasas de curación y reducen el riesgo de recaída. Una combinación de terapia farmacológica, modificación del estilo de vida y control de la infección puede eliminar eficazmente la mayoría de las infecciones fúngicas superficiales y preservar la salud de la piel.