El acné es una afección inflamatoria de la piel que se produce cuando los folículos pilosos o los poros se obstruyen con sebo, células muertas y bacterias. El acné suele presentarse en forma de granos, puntos negros, quistes e inflamación en la cara, la espalda, el pecho y otras partes del cuerpo. Esta afección es común en la adolescencia, pero puede persistir en la edad adulta.
La rosácea es una afección cutánea crónica que causa enrojecimiento e inflamación, generalmente en la cara (mejillas, nariz, frente). A menudo se acompaña de vasos sanguíneos visibles, granos inflamados y enrojecimiento que pueden empeorar debido a factores externos como la exposición al sol, el alcohol, las comidas picantes o el estrés.
El milium es un pequeño quiste o protuberancia en la piel que se forma cuando el sebo y las células muertas de la piel quedan atrapadas en pequeños poros o folículos. Los miliums aparecen con mayor frecuencia en la piel alrededor de los ojos o en las mejillas. Se presentan como pequeños puntos blancos o amarillentos, que generalmente son indoloros y no requieren tratamiento a menos que causen molestias estéticas.
Estas afecciones pueden ser preocupantes desde el punto de vista estético, pero no suelen ser perjudiciales para la salud. Sin embargo, si se presentan, es aconsejable consultar a un dermatólogo para que recomiende un tratamiento.
Riesgo bajo Riesgo medio Riesgo alto
💊 Tratamiento: El tratamiento y el diagnóstico del acné, la rosácea y los miliums dependen de la gravedad. En el caso del acné, un dermatólogo puede realizar un diagnóstico y ofrecer opciones de tratamiento, que pueden incluir medicamentos tópicos, medicamentos orales o tratamientos como la terapia con láser. La rosácea y los miliums también deben ser diagnosticados y tratados por un dermatólogo. La urgencia depende de la gravedad de los síntomas y del impacto en la calidad de vida.
💡 Consejos para el autoexamen de la piel: El autoexamen de la piel le permite controlar los cambios en el acné, la rosácea y el milium. Examine su piel con regularidad para detectar elementos nuevos o que empeoran, cambios en el tamaño o la apariencia y signos de infección. Si nota algún cambio alarmante, consulte a un dermatólogo.