La urticaria y el eritema son afecciones cutáneas que pueden estar asociadas a reacciones alérgicas u otras enfermedades.
La urticaria es una reacción cutánea caracterizada por la aparición de ronchas (protuberancias) que pican en la piel. Pueden variar en tamaño y suelen ser de color rosa o rojo. La urticaria puede aparecer como respuesta a un alérgeno, al estrés, a una infección o como efecto secundario de ciertos medicamentos. La urticaria puede ser aguda (dura unas horas o días) o crónica (dura más de 6 semanas).
El eritema es el enrojecimiento de la piel causado por la dilatación de los vasos sanguíneos. El eritema puede estar causado por diversos factores, como inflamación, infección, quemaduras solares, reacciones alérgicas o enfermedades de la piel. El enrojecimiento suele ir acompañado de una sensación de calor en la zona afectada y puede ser localizado (por ejemplo, enrojecimiento de las mejillas en climas fríos) o generalizado (por ejemplo, durante infecciones o inflamaciones).
Ambas afecciones pueden ser temporales y no siempre son peligrosas, pero si causan molestias importantes o se repiten, se recomienda consultar a un médico para su diagnóstico y tratamiento.
Riesgo bajo Riesgo medio Riesgo alto
💊 Tratamiento: El enfoque del tratamiento depende de la gravedad de los síntomas. Si presenta erupciones cutáneas, es importante que consulte a un médico para que le realice una evaluación adecuada y le prescriba un plan de cuidados. Es fundamental actuar con rapidez cuando los síntomas son graves. Identificar los alérgenos y evitar los desencadenantes conocidos es clave para controlar estas afecciones.
💡 Consejos para el autoexamen de la piel: Ante los primeros signos de urticaria o eritema, acuda a un profesional sanitario cualificado. Revise regularmente su piel para detectar erupciones nuevas o cambios en las existentes. Preste atención a los patrones relacionados con los alimentos, los medicamentos o la exposición a alérgenos. Lleve un diario de los síntomas para ayudar a identificar los desencadenantes. Siga siempre un plan de tratamiento bajo la supervisión de un profesional sanitario.